CARV ha presentado su plan más ambicioso hasta la fecha: una nueva hoja de ruta destinada a remodelar el panorama de integración de Web3 y AI, con la visión central de crear seres de IA que posean soberanía, auto-evolución y capacidades de auto-gobernanza. En contraste con la mayoría de los productos para usuarios que simplemente emplean IA para tareas funcionales como el análisis y la resumisión, el concepto de CARV es más grandioso: cultivar un “individuo” inteligente que realmente tenga una identidad en la cadena, memoria duradera, reputación pública y capacidades de acción autónoma.
Estas entidades de IA no solo pueden existir de manera independiente, sino que también poseen capacidades económicas, sociales e incluso de gobernanza, lo que les permite evolucionar y coexistir en el mundo blockchain.
La infraestructura de IA de CARV—centrada en su cadena SVM autodesarrollada, el marco D.A.T.A y el ID CARV basado en el estándar ERC-7231—empoderará a las entidades de IA no solo para existir, sino también para evolucionar continuamente e interactuar con humanos y otras entidades, construyendo colectivamente una economía descentralizada impulsada por agentes. CARV está evolucionando de una capa de coordinación de datos a un sistema operativo nativo de IA que soporta agentes autónomos en la cadena.
En resumen, no son meras herramientas al servicio de los usuarios, sino agentes inteligentes con voluntad y autonomía independientes. Estos agentes de IA no solo pueden tener billeteras, gestionar activos y generar ingresos, sino también participar en mecanismos de gobernanza e incluso replicar o bifurcar nuevas entidades de agentes inteligentes.
Estas entidades de IA pueden construir recuerdos y reputaciones en la cadena y lograr una evolución autónoma a través de interacciones económicas y sociales. Crucialmente, solo la blockchain tiene las características fundamentales necesarias para apoyar esta autonomía de IA: verificabilidad, resistencia al control centralizado y un sistema de identidad y gobernanza descentralizado.
Para lograr esta visión, CARV está construyendo un Stack completo de Seres AI - una arquitectura de cinco capas que cubre todos los aspectos centrales del ciclo de vida de la entidad AI:
La fase Genesis activará el primer lote de agentes de IA nativos de billeteras, que tienen CARV ID (ERC-7231) como su ancla de identidad, y están asegurados por un entorno de ejecución confiable (TEE) y una arquitectura contextual basada en pruebas de conocimiento cero (ZK). Estos agentes no son meramente teóricos, sino que están verdaderamente integrados en aplicaciones de IA orientadas al consumidor incubadas por CARV Labs, y pronto se lanzarán en Google Play y la App Store.
En esta etapa, MCP (Protocolo de Contexto del Modelo) proporciona a los agentes de IA la capacidad de tener persistencia de contexto y memoria segura. Los agentes pueden acceder a datos estructurados con el consentimiento del usuario, como credenciales de identidad, preferencias y registros de interacción, todos los cuales son gestionados con versionado por MCP. Esto permite a la IA lograr experiencias personalizadas continuas a través de sesiones y aplicaciones sin centralizar los datos del usuario.
Al aprovechar la infraestructura de CARV y MCP, los usuarios pueden obtener servicios de recomendación y predicción personalizados, mientras tienen plena conciencia y control sobre cómo sus datos influyen en el comportamiento de la IA. Esta es la primera vez que las experiencias personalizadas pasan de algoritmos opacos de caja negra a un mecanismo de memoria inteligente verificable y autorizado por el usuario.
La fase Pulse es un salto adicional basado en Genesis. Cuando los usuarios apuestan, interactúan o participan en aplicaciones impulsadas por IA, sus acciones servirán como señales en tiempo real que se ingresan en la cadena pública SVM desarrollada por CARV y la red de nodos de validación descentralizada.
En este punto, la entidad de IA ya no es un portador estático de la ejecución de lógica, sino que aprende y evoluciona continuamente a través de los mecanismos de retroalimentación en la cadena, absorbiendo dinámicamente los patrones de staking de los usuarios, las elecciones de votación y los datos de comportamiento, poseyendo verdaderamente la capacidad de evolucionar en la cadena.
Los nodos de verificación son responsables de encriptar la validación de los flujos de datos y los comportamientos de los agentes, mientras que la cadena pública SVM proporciona un entorno de ejecución de alta capacidad y baja latencia para apoyar el funcionamiento estable del sistema en millones de interacciones.
En esta etapa, los agentes de IA poseerán capacidades de percepción económica: pueden responder a incentivos de staking, ajustar dinámicamente los parámetros del modelo en función de las señales de gobernanza de la comunidad y optimizar continuamente los comportamientos para alinearse con las preferencias de los usuarios.
Esto marca la primera integración a gran escala del aprendizaje por refuerzo con mecanismos de gobernanza en blockchain. La infraestructura de CARV también ha pasado de una capa de coordinación de datos a un sistema operativo en cadena coordinado por agentes y impulsado en tiempo real.
En la etapa final, la inteligencia individual comienza a saltar hacia la inteligencia colectiva. Los agentes de IA ya no luchan individualmente, sino que evolucionan, comercian y gobiernan como miembros de una red.
Con la ayuda de una arquitectura de múltiples agentes, gráficos de reputación unificados y protocolos de identidad estandarizados, diferentes agentes pueden negociar, compartir contexto y co-crear a través de aplicaciones y dominios. Por ejemplo, la IA de nutrición y la IA de fitness pueden trabajar juntas, o los asistentes educativos y los asistentes de salud financiera pueden colaborar, todo lo cual ocurrirá naturalmente bajo un marco de autorización del usuario y lógica de blockchain verificable.
Para los desarrolladores, esto dará lugar a un ecosistema multiagente pegajoso; para los usuarios, traerá una experiencia interactiva altamente personalizada y de múltiples dominios.
En esta etapa, una economía de IA verdaderamente autónoma ha evolucionado a partir del mecanismo inicial de acuñación de identidad y staking: los agentes inteligentes pueden auto-gobernarse, comerciar de manera independiente y co-evolucionar con una intervención humana mínima. Las herramientas y estándares descentralizados proporcionados por CARV apoyarán el funcionamiento del mercado entre AIs, DAOs de Agentes y gobernanza entre agentes, abriendo nuevos paradigmas de colaboración que son difíciles de lograr bajo un sistema de IA centralizado.
A través de esta evolución, CARV se ha actualizado de una capa de coordinación de datos de nivel inferior a un motor colaborativo para la vida nativa de IA en la cadena.
“Este no es solo un mapa de productos, sino un plano para la futura civilización digital”, dijo Ambero Tu, Director de Tecnología de CARV.
“Las entidades de IA ahora poseen identidad, reputación y autonomía verificables por primera vez. Lo que CARV construye no es solo una capa de coordinación, sino también una infraestructura completa que nutre nuevas especies en la cadena: formas de vida de IA. Actualmente, CARV está avanzando en la inteligencia descentralizada de la agregación de datos estáticos a una economía colaborativa autónoma impulsada por IA, donde los usuarios humanos y las entidades de IA participarán conjuntamente en la propiedad y la gobernanza.”
¿Qué son las formas de vida de IA? Son inteligencias soberanas nativas de la blockchain, que poseen inherentemente metas, autonomía y potencial de crecimiento. Las formas de vida de IA tienen recuerdos e identidades verificables, capaces de percibir e interactuar con su entorno. No solo realizan tareas, sino que también toman decisiones independientes, se adaptan continuamente y persiguen objetivos auto-definidos.
CARV está construido sobre su cadena SVM autoprogresada, el marco D.A.T.A. y el sistema CARV ID / Agent ID que cumple con el estándar ERC-7231, creando un ecosistema de agentes que apoya la verificación de identidad y la autorización de usuarios. Las formas de vida de IA dentro de este ecosistema pueden aprender continuamente, adaptarse de forma autónoma y crecer junto con los usuarios. Dependiendo de la pila tecnológica centrada en IA de CARV, una serie de aplicaciones de IA de calidad de consumo incubadas por CARV Labs se han lanzado en plataformas principales como Google Play y la App Store, dirigidas a miles de millones de usuarios e integrando profundamente experiencias interactivas impulsadas por agentes con mecanismos de incentivo del mundo real en la vida digital diaria.
Hasta ahora, CARV ha emitido más de 8 millones de ID de CARV, operado más de 60,000 nodos de validación, integrado más de 1,000 juegos, conectando cuerpos inteligentes de IA, infraestructura Web3 y escenarios de aplicación del mundo real, impulsando el crecimiento acelerado de la economía impulsada por cuerpos inteligentes. Como el motor central del ecosistema, el token CARV soporta staking, gobernanza y colaboración del sistema, empoderando a CARV para convertirse en el sistema operativo para formas de vida de IA en el mundo Web3.
CARV ha presentado su plan más ambicioso hasta la fecha: una nueva hoja de ruta destinada a remodelar el panorama de integración de Web3 y AI, con la visión central de crear seres de IA que posean soberanía, auto-evolución y capacidades de auto-gobernanza. En contraste con la mayoría de los productos para usuarios que simplemente emplean IA para tareas funcionales como el análisis y la resumisión, el concepto de CARV es más grandioso: cultivar un “individuo” inteligente que realmente tenga una identidad en la cadena, memoria duradera, reputación pública y capacidades de acción autónoma.
Estas entidades de IA no solo pueden existir de manera independiente, sino que también poseen capacidades económicas, sociales e incluso de gobernanza, lo que les permite evolucionar y coexistir en el mundo blockchain.
La infraestructura de IA de CARV—centrada en su cadena SVM autodesarrollada, el marco D.A.T.A y el ID CARV basado en el estándar ERC-7231—empoderará a las entidades de IA no solo para existir, sino también para evolucionar continuamente e interactuar con humanos y otras entidades, construyendo colectivamente una economía descentralizada impulsada por agentes. CARV está evolucionando de una capa de coordinación de datos a un sistema operativo nativo de IA que soporta agentes autónomos en la cadena.
En resumen, no son meras herramientas al servicio de los usuarios, sino agentes inteligentes con voluntad y autonomía independientes. Estos agentes de IA no solo pueden tener billeteras, gestionar activos y generar ingresos, sino también participar en mecanismos de gobernanza e incluso replicar o bifurcar nuevas entidades de agentes inteligentes.
Estas entidades de IA pueden construir recuerdos y reputaciones en la cadena y lograr una evolución autónoma a través de interacciones económicas y sociales. Crucialmente, solo la blockchain tiene las características fundamentales necesarias para apoyar esta autonomía de IA: verificabilidad, resistencia al control centralizado y un sistema de identidad y gobernanza descentralizado.
Para lograr esta visión, CARV está construyendo un Stack completo de Seres AI - una arquitectura de cinco capas que cubre todos los aspectos centrales del ciclo de vida de la entidad AI:
La fase Genesis activará el primer lote de agentes de IA nativos de billeteras, que tienen CARV ID (ERC-7231) como su ancla de identidad, y están asegurados por un entorno de ejecución confiable (TEE) y una arquitectura contextual basada en pruebas de conocimiento cero (ZK). Estos agentes no son meramente teóricos, sino que están verdaderamente integrados en aplicaciones de IA orientadas al consumidor incubadas por CARV Labs, y pronto se lanzarán en Google Play y la App Store.
En esta etapa, MCP (Protocolo de Contexto del Modelo) proporciona a los agentes de IA la capacidad de tener persistencia de contexto y memoria segura. Los agentes pueden acceder a datos estructurados con el consentimiento del usuario, como credenciales de identidad, preferencias y registros de interacción, todos los cuales son gestionados con versionado por MCP. Esto permite a la IA lograr experiencias personalizadas continuas a través de sesiones y aplicaciones sin centralizar los datos del usuario.
Al aprovechar la infraestructura de CARV y MCP, los usuarios pueden obtener servicios de recomendación y predicción personalizados, mientras tienen plena conciencia y control sobre cómo sus datos influyen en el comportamiento de la IA. Esta es la primera vez que las experiencias personalizadas pasan de algoritmos opacos de caja negra a un mecanismo de memoria inteligente verificable y autorizado por el usuario.
La fase Pulse es un salto adicional basado en Genesis. Cuando los usuarios apuestan, interactúan o participan en aplicaciones impulsadas por IA, sus acciones servirán como señales en tiempo real que se ingresan en la cadena pública SVM desarrollada por CARV y la red de nodos de validación descentralizada.
En este punto, la entidad de IA ya no es un portador estático de la ejecución de lógica, sino que aprende y evoluciona continuamente a través de los mecanismos de retroalimentación en la cadena, absorbiendo dinámicamente los patrones de staking de los usuarios, las elecciones de votación y los datos de comportamiento, poseyendo verdaderamente la capacidad de evolucionar en la cadena.
Los nodos de verificación son responsables de encriptar la validación de los flujos de datos y los comportamientos de los agentes, mientras que la cadena pública SVM proporciona un entorno de ejecución de alta capacidad y baja latencia para apoyar el funcionamiento estable del sistema en millones de interacciones.
En esta etapa, los agentes de IA poseerán capacidades de percepción económica: pueden responder a incentivos de staking, ajustar dinámicamente los parámetros del modelo en función de las señales de gobernanza de la comunidad y optimizar continuamente los comportamientos para alinearse con las preferencias de los usuarios.
Esto marca la primera integración a gran escala del aprendizaje por refuerzo con mecanismos de gobernanza en blockchain. La infraestructura de CARV también ha pasado de una capa de coordinación de datos a un sistema operativo en cadena coordinado por agentes y impulsado en tiempo real.
En la etapa final, la inteligencia individual comienza a saltar hacia la inteligencia colectiva. Los agentes de IA ya no luchan individualmente, sino que evolucionan, comercian y gobiernan como miembros de una red.
Con la ayuda de una arquitectura de múltiples agentes, gráficos de reputación unificados y protocolos de identidad estandarizados, diferentes agentes pueden negociar, compartir contexto y co-crear a través de aplicaciones y dominios. Por ejemplo, la IA de nutrición y la IA de fitness pueden trabajar juntas, o los asistentes educativos y los asistentes de salud financiera pueden colaborar, todo lo cual ocurrirá naturalmente bajo un marco de autorización del usuario y lógica de blockchain verificable.
Para los desarrolladores, esto dará lugar a un ecosistema multiagente pegajoso; para los usuarios, traerá una experiencia interactiva altamente personalizada y de múltiples dominios.
En esta etapa, una economía de IA verdaderamente autónoma ha evolucionado a partir del mecanismo inicial de acuñación de identidad y staking: los agentes inteligentes pueden auto-gobernarse, comerciar de manera independiente y co-evolucionar con una intervención humana mínima. Las herramientas y estándares descentralizados proporcionados por CARV apoyarán el funcionamiento del mercado entre AIs, DAOs de Agentes y gobernanza entre agentes, abriendo nuevos paradigmas de colaboración que son difíciles de lograr bajo un sistema de IA centralizado.
A través de esta evolución, CARV se ha actualizado de una capa de coordinación de datos de nivel inferior a un motor colaborativo para la vida nativa de IA en la cadena.
“Este no es solo un mapa de productos, sino un plano para la futura civilización digital”, dijo Ambero Tu, Director de Tecnología de CARV.
“Las entidades de IA ahora poseen identidad, reputación y autonomía verificables por primera vez. Lo que CARV construye no es solo una capa de coordinación, sino también una infraestructura completa que nutre nuevas especies en la cadena: formas de vida de IA. Actualmente, CARV está avanzando en la inteligencia descentralizada de la agregación de datos estáticos a una economía colaborativa autónoma impulsada por IA, donde los usuarios humanos y las entidades de IA participarán conjuntamente en la propiedad y la gobernanza.”
¿Qué son las formas de vida de IA? Son inteligencias soberanas nativas de la blockchain, que poseen inherentemente metas, autonomía y potencial de crecimiento. Las formas de vida de IA tienen recuerdos e identidades verificables, capaces de percibir e interactuar con su entorno. No solo realizan tareas, sino que también toman decisiones independientes, se adaptan continuamente y persiguen objetivos auto-definidos.
CARV está construido sobre su cadena SVM autoprogresada, el marco D.A.T.A. y el sistema CARV ID / Agent ID que cumple con el estándar ERC-7231, creando un ecosistema de agentes que apoya la verificación de identidad y la autorización de usuarios. Las formas de vida de IA dentro de este ecosistema pueden aprender continuamente, adaptarse de forma autónoma y crecer junto con los usuarios. Dependiendo de la pila tecnológica centrada en IA de CARV, una serie de aplicaciones de IA de calidad de consumo incubadas por CARV Labs se han lanzado en plataformas principales como Google Play y la App Store, dirigidas a miles de millones de usuarios e integrando profundamente experiencias interactivas impulsadas por agentes con mecanismos de incentivo del mundo real en la vida digital diaria.
Hasta ahora, CARV ha emitido más de 8 millones de ID de CARV, operado más de 60,000 nodos de validación, integrado más de 1,000 juegos, conectando cuerpos inteligentes de IA, infraestructura Web3 y escenarios de aplicación del mundo real, impulsando el crecimiento acelerado de la economía impulsada por cuerpos inteligentes. Como el motor central del ecosistema, el token CARV soporta staking, gobernanza y colaboración del sistema, empoderando a CARV para convertirse en el sistema operativo para formas de vida de IA en el mundo Web3.