El sexo es la vida corporal, que sigue el principio del placer. El amor es la vida espiritual, que sigue el principio ideal. El matrimonio es la vida social, que sigue el principio real. Muchas personas piensan que el amor y el matrimonio son lo mismo, solo una pequeña parte entiende que la felicidad en el matrimonio no tiene que ver con el amor; el amor es demasiado puro, pero el matrimonio es muy complejo. El amor es el sueño heroico en una vida agotadora, además de ser una descripción poética del impulso de procreación. Pero la realidad del matrimonio no tiene nada que ver con el amor; simplemente es un contrato entre dos personas basadas en la conveniencia, que se unen para superar monstruos y subir de nivel. Así que, desde un punto de vista esencial, el matrimonio es un sistema, una relación económica, un contrato de cooperación mutua entre dos personas que comparten riesgos y transitan juntos el resto de sus vidas. En la ley del matrimonio, entenderás que desde el principio hasta el final se trata de cuatro palabras: cómo repartir el dinero. En la antigüedad, los hombres solo se encargaban de la cópula, mientras que las mujeres se encargaban de criar a la descendencia, pero no había parejas fijas, ni el concepto de amor. Con la aparición de la propiedad privada, muchos hombres comenzaron a enriquecerse; solo querían transmitir sus bienes a sus hijos. Sin embargo, la manera de juzgar si alguien era su descendencia a través de la apariencia comenzó a parecerles cada vez más poco confiable, y así nació el sistema matrimonial. Este sistema tiene sus pros y sus contras. La ventaja es que las personas tienen parejas fijas, mientras que la desventaja es que va en contra del instinto de reproducción animal. Por lo tanto, la civilización moderna ha estado guiando a las personas a controlar sus instintos y embellecerlos. Para dar a estos instintos desnudos un abrigo elegante, se creó el concepto de amor. ¿Por qué no puedes olvidar a una persona? Porque en realidad no añoras a esa persona, sino a la persona valiente que eras en ese momento y a las bellas sensaciones que esa historia te trajo. Algunos dicen que el amor es una fiebre alta, y el anhelo es una tos interminable. Pero desde el punto de vista médico, el amor es una reacción química; las hormonas determinan el amor a primera vista, la dopamina determina la duración del amor, la adrenalina decide si actuar o no, el orgullo determina quién habla primero, y la duración de la realidad decide quién deja a quién. Cuando llega el amor, lo que sientes como maravilloso es porque la estimulación de la dopamina crea la ilusión de que puedes estar siempre apasionado. Pero desafortunadamente, nadie puede soportar esa estimulación; es decir, una persona no puede estar siempre en ese pico de ritmo cardíaco acelerado. La intensa secreción de dopamina hace que nuestro cerebro se agote, así que el cerebro tiene que permitir que esos componentes químicos comiencen a metabolizarse naturalmente. Este proceso puede ser rápido, o puede tomar de 3 a 4 años, pero a medida que la dopamina disminuye y desaparece, la pasión también se convierte en algo común en el amor. Hace unos días vi un conjunto de datos que decía que las bodas arregladas por los padres tienen tasas de divorcio mucho más bajas que las de los matrimonios por amor libre. La razón es que los padres no se preocupan si amas o no a la otra persona; solo les importa el grado de compatibilidad entre ambos, y eso es lo que realmente se debería considerar antes del matrimonio. Muchas personas, después de casarse, piensan que han alcanzado el resultado deseado, y comienzan a esperar la felicidad, pero en realidad, el matrimonio es el comienzo de una nueva relación, que requiere más mantenimiento y cuidado que el amor. Si no ves esto, enfrentarás muchas dificultades. En un mal matrimonio, sin duda hay un mal yo escondido. Con quien sea que estés, en esencia, es contigo mismo con quien estás. El amor es un hermoso y breve espectáculo de fuegos artificiales, mientras que el matrimonio es ese tazón de gachas humeantes que comes cada mañana. Solíamos pensar que el amor era encontrar a alguien que encajara perfectamente contigo, pero luego nos dimos cuenta de que en el mundo no existe tal cosa como una pareja perfecta innata. La verdad es que solo dos personas que se toleran mutuamente, que gestionan juntas su relación y que se esfuerzan en el camino, pueden llegar a convertirse en una pareja perfecta. El amor es muy romántico, pero lo que es aún más romántico es la compañía cotidiana de un viejo y una anciana.